Samuel Aguirre Ochoa
La renuncia del doctor Alejandro Gertz Manero a la Fiscalía General de la República el pasado 28 de noviembre nos permite entender un poco más el grado de descomposición social, política y económica que vive hoy en día la sociedad mexicana, debido al aterrador nivel de impunidad al que han llegado las instituciones encargadas de la impartición de justicia; al altísimo grado de corrupción que persiste en México y al uso faccioso del aparato judicial. Nos muestra de manera clara que la idea que nos han vendido los ideólogos del sistema de que el gobierno es una institución que imparte justicia por igual a ricos y pobres, es falsa.
Los gobernantes en turno nos han querido hacer creer que se trató de una renuncia a secas, pero todo indica que el fiscal fue obligado por los poderes fácticos y los grupos económicos a dimitir. La Constitución de la República señala que el fiscal general solo puede renunciar por causas de fuerza mayor y, en este caso, no hay tal fuerza mayor, lo que se nos informó es que Gertz Manero y Palacio Nacional se pusieron de acuerdo para otorgarle una embajada en un “país amigo”.
Sin embargo, todo indica que Gertz Manero se convirtió en un peligro para el sistema de gobierno mexicano, debido a las filtraciones que estuvo realizando a diversos medios de comunicación en los últimos meses en contra de funcionarios incrustados en los puestos de poder de la actual administración, de familiares del expresidente Andrés Manuel López Obrador, de integrantes de las fuerzas armadas y de la cúpula dirigente de Morena. Al escándalo del huachicol fiscal, los negocios de Andy López Beltrán, los nexos de Adán Augusto López con “La Barredora”, los decomisos de combustibles y la destrucción de los laboratorios clandestinos para elaborar fentanilo por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Filtraciones que la presidenta de México tuvo que aguantar a pie firme durante un tiempo, a pesar de las presiones que recibe por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Pero la gota que derramó el vaso fue la denuncia en contra de Raúl Rocha Cantú, más conocido como el dueño de Miss Universo. La Fiscalía de Gertz Manero filtró también que existía una orden de aprehensión en contra de este empresario con gran poder económico y relaciones políticas con el gobierno de la 4T.
El obradorismo no soportó este golpe y toda la máquina de poder del morenismo construido en los últimos siete años en el país se le fue encima al fiscal para tumbarlo: el miércoles 27 de noviembre se filtró a los medios de comunicación que desde el Senado se planeaba la remoción del fiscal; el jueves 28 de noviembre por la mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum informó en su mañanera que había recibido una carta del senador Adán Augusto López y que la estaba analizando y también dijo que ella respaldaba al fiscal; al mismo tiempo el senador López Hernández operaba la salida del fiscal, se supo que le pidieron la renuncia para no activar el proceso de remoción constitucional que necesita del voto de la dos terceras partes de los integrantes del Senado y una causa grave.
Gertz Manero en un primer momento se negó a entregar la renuncia, por lo que Adán Augusto habló con los senadores morenistas para preparar la votación para cesarlo, aprovechando la mayoría calificada que tiene Morena en el Senado. Al verse acorralado y al entender que se trataba de un asunto de Estado, prefirió renunciar y aceptar el ofrecimiento del Ejecutivo de otorgarle una embajada. Queda claro que el operador de su caída es uno de los involucrados principales en el caso de corrupción más grande en la historia de México, el senador Adán Augusto López Hernández. y con esta acción quedan sellados los escándalos de corrupción en el país y el desacato al Estado de Derecho.
De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio del pasado 01 de diciembre “Las últimas 48 horas de Alejandro Gertz Manero como fiscal general fueron una demostración de fuerza, pero no de la presidenta Claudia Sheinbaum o del coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, sino de Andrés Manuel López Obrador, cuya mano no se apreciaba en un principio, pero que fue quien ordenó el sacrificio de quien había sido su aliado”.
Es necesario destacar que a pesar de existir diferencias entre los grupos del morenismo, en este caso todos cerraron filas para tapar la suciedad del actual gobierno y tratar de desactivar las bombas y minas construidas por Gertz Manero.
El operativo montado en contra del fiscal obedece a que Raúl Rocha Cantú está involucrado en el contrabando de combustibles, huachicol fiscal, tráfico de armas y contrabando de fentanilo, y lo más grave es que tiene vínculos y es socio empresarial de los hijos del ex presidente López Obrador y del ex director de Pemex, Octavio Oropeza.
Las alarmas se encendieron en el morenismo debido a que Raúl Rocha Cantú se acogió a un criterio de oportunidad para participar como testigo colaborador con la Fiscalía General de la República y seguramente iba a delatar a todos sus socios vinculados a las altas esferas del morenismo, hecho que pone en grave riesgo a toda la estructura de gobierno de la 4T.
Con todo esto se pone de manifiesto que, en una sociedad capitalista como la mexicana, la justicia solo aplica para los ricos y poderosos, sin importar que partido esté en el gobierno. Demuestra también que los verdaderos dueños y beneficiarios de los negocios sucios y pestilentes son los ricos y sus lacayos en el gobierno, aunque estos últimos se autodenominen de izquierda.
También queda de manifiesto, que en una sociedad como la nuestra no existe la autonomía de las Fiscalías con respecto al resto del gobierno. No hay fiscalía independiente cuyo fin haya que lamentar. A lo largo del sexenio pasado, Alejandro Gertz Manero fue un empleado fiel de Andrés Manuel López Obrador. La Fiscalía en realidad no perseguía criminales: era sobre todo una eficiente agencia de espionaje político y una maquinaria al total servicio de López Obrador.
Lo que siguió después ya se esperaba, se montó un teatro para elegir como lnueva fiscal general a Ernestina Godoy este miércoles 4 de diciembre, de una lista de 40 aspirantes inscritos en el Senado, se designó a quien desde la remoción de Gertz Manero se mencionaba en los medios como la sucesora designada.
Las cosas en México están tan feas que, hasta la ex Miss Universo, mexicana Lupita Jones dijo este martes que el concurso de belleza más afamado del mundo ha perdido completamente el rumbo, por los intereses particulares de sus dueños, investigados por las autoridades por crimen organizado y fraude. “Miss Universo perdió su visión de proyectar a las mujeres. Sus propietarios lo han utilizado para sus negocios alternos”. Seguro muchos ciudadanos creen que este certamen lo organiza alguna fundación benéfica o gubernamental, sin embargo, sus organizadores son empresarios particulares que buscan hacer negocios, por ejemplo, Donald Trump fue uno de sus dueños más recientes.
Así pues, la salida del fiscal general de la República solo viene a demostrar el gran control que las clases poderosas ejercen sobre las decisiones más trascendentes y sensibles de nuestro gobierno. Esto no es sensato, no es justo y, por tanto, hay que luchar por una sociedad distinta.
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