Alfonso Medina Galicia
El 29 de agosto de 2022 la maestra Delfina Gómez, aún secretaria de Educación Pública dio banderazo al inicio del ciclo escolar 2022-2023 en el cuál regresaron 24 millones de alumnos. Delfina asistió a la conferencia mañanera del presidente para defender el Nuevo Plan de Estudios de Educación Básica que iniciará su prueba piloto a partir de octubre de 2022 en 30 escuelas por estado. Al momento del anuncio dijo: “El Plan de Educación Básica no es una ocurrencia como en algunos medios he escuchado o he leído. Es producto de un trabajo que ha sido gracias no solamente a los maestros frente a grupo sino también expertos”.
Al respecto, Carlos Urzúa, integrante de la Academia de Ciencias y exsecretario de Hacienda y Crédito Público hizo una crítica fuerte por las aseveraciones de la maestra Delfina Gómez acerca de los nuevos programas y su elaboración por peritos en la materia. El catedrático y economista señaló que el nuevo plan de estudios es una distorsión de las ciencias exactas como las matemáticas, por ejemplo; cita un párrafo alusivo al nuevo plan educativo: “El aprendizaje de las matemáticas debe tener un sentido humano para niñas, niños y adolescentes, el cual sólo se desarrolla en el marco de relaciones significativas entre la familia, la escuela y la comunidad”. Bueno, pues como ya sabía Pitágoras en el siglo VI a.C., la matemática (o las matemáticas) es una ciencia deductiva, no inductiva. Puede aplicarse en asuntos de la familia, la escuela y la comunidad, claro, pero nadie se libra de aprender primero sus reglas”.
El comentario del catedrático es demoledor, sin embargo, la parte más preocupante del nuevo plan educativo gira en torno a la manera como se pretende evaluar el desempeño de los niños: “No se trata de contabilizar las tareas que entregó la o el estudiante, el número de sus asistencias, el porcentaje de requisitos que cubrió, ni el número de exámenes que aprobó; más bien, se trata de juzgar si lo que hizo el estudiante está bien o no a partir de la comprensión de lo que no se ha hecho”. Esto es un absurdo, se tiraría al basurero la evidencia existente y se basaría la evaluación en algo etéreo. De dónde saca Delfina que el nuevo plan fue elaborado por expertos ¿Quiénes fueron esos expertos?
En su debut y despedida en la mañanera del presidente, Delfina Gómez usó el púlpito presidencial para iniciar su campaña por la gubernatura del Estado de México. Asumió una actitud sentimentaloide y servil ante su santo patrono, agradeciendo con creces la oportunidad de estar en un puesto de mucha responsabilidad sin saber cómo había llegado ahí, como el burro que tocó la flauta. De esa forma se despidió Delfina, el momento apoteósico no le permitió informar que en su gestión recortó el 85 por ciento de los recursos a la profesionalización docente en 2021; desapareció el programa Escuelas de Tiempo Completo, los problemas de basificación y pagos completos aún no están resueltos, los recortes al INEA y los cambios a los libros de texto sin tener primero un modelo educativo, gastó solamente 2.2 millones de pesos de los 433.1 presupuestados para el Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial, es decir, gastó un 0.5 por ciento de los recursos etiquetados para esa partida, entre otros problemas.
A la maestra se le olvidó presentar un comparativo de cómo estábamos y cómo estamos, cuáles son los efectos en materia educativa que se verán en los siguientes años; asimismo, cómo establecer prioridades, cómo trabajar con los docentes en las escuelas para hacer la ruta de recuperación postpandemia, cómo recuperar los aprendizajes. Pero, como dice Urzúa, la maestra perdió el tiempo en discusiones ideologizadas como el cambio de planes de estudios. En síntesis, la deserción escolar, el rezago educativo, la pérdida de aprendizajes, los planes y programas sin finalizar son las principales herencias de Delfina Gómez como secretaria de Educación, de acuerdo con especialistas.
Aunque la maestra Delfina no presentó dicho informe, algunas instituciones nacionales e internacionales han demostrado los resultados desastrosos en la SEP. Por ejemplo, el INEGI reportó que de 32.9 millones de personas de entre 3 y 29 años de edad, al menos 5.2 millones no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021, de las cuales en 2.3 millones fue por motivos asociados a la emergencia sanitaria y 2.9 millones por falta de recursos.
Según el INEGI y la SEP, la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) perdió 643 mil 358 estudiantes en el ciclo escolar 2021-2022. En la preparatoria, se registró un abandono de 563 mil alumnos, equivalente al 11.3 por ciento de la matricula en ciclo 2021-2022. A nivel universitario el INEGI reportó que el 8% de los estudiantes abandonaron sus estudios. De tal manera que hoy tenemos 367 mil jóvenes menos en la educación media superior, 200 mil jóvenes menos que transitaron de la secundaria a la media superior y una caída en la matrícula de preescolar del 13 por ciento. Los estados con mayores porcentajes de abandono escolar son: Morelos (15.6%), Michoacán (15.1%), Querétaro (15.1%), Coahuila (14.6%) y Colima (14.5%). Empero, la cifra real puede ser más alta.
Delfina no habla de rezago académico, pero, de acuerdo a los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al menos 628 mil jóvenes entre seis y 17 años han interrumpido sus estudios debido a la crisis económica derivada de la pandemia. Una disminución de esta magnitud significa un retroceso de 13 años en el nivel de asistencia escolar. En este mismo sentido, el Banco Mundial (BM) calculó que la pandemia causó un rezago en México que equivale a dos años de escolaridad. Esto significa que antes de la pandemia, los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes a tercero de secundaria, y hoy llegarán solo al equivalente a primero de secundaria.
Con respecto al balance general de la gestión del presidente de la República en materia educativa, los expertos en educación analizan que los cambios en la dirección de la SEP, primero con Esteban Moctezuma, quien había trabajado más de una década con el empresario Ricardo Salinas, y luego con Delfina Gómez, sumados a la inacción en materia educativa en la primera mitad del sexenio, demuestran que a esta administración “claramente no le interesa la educación, y los efectos no se verán inmediatamente, sino en los siguientes años”, pese a los informes del Banco Interamericano y el Banco Mundial.
Patricia Ganem, vocera de Educación con Rumbo, consideró “tibia, poco informada y dirigida desde la Presidencia de la República” la gestión de la ahora aspirante a gobernadora; asimismo, Eduardo Backhoff, expresidente de la Junta de Gobierno del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, dijo que Gómez no atendió ni brindó importancia ni cuidó el rezago educativo.
La realidad que vive México en materia educativa es una tragedia y la nueva titular no da esperanzas de cambiar la situación. A estas alturas y con los datos arriba mencionados queda claro que a la autodenominada “cuarta transformación” no le interesa la educación. El presidente de la República no tiene el mínimo interés en educar al pueblo trabajador y lo hace porque sabe que un pueblo ignorante es un pueblo sumiso al que puede controlar. Un pueblo sabio, educado y organizado es veneno puro para el proyecto del presidente que quiere perpetuar a su partido en el poder. Por eso, los estudiantes, maestros, padres de familia y a todos aquellos que les quede un resabio de conciencia deben entender que el camino hacia donde se dirige al país es un camino equivocado para la clase trabajadora en beneficio de los poderosos que ostentan el poder actual. Si se quiere un país donde la riqueza se distribuya de manera equitativa por lograr hombres y mujeres capaces de sacar al país de la miseria en que se encuentra es necesario reaccionar inmediatamente, organizarse y educarse políticamente en favor de los que menos tiene. La patria lo necesita y hay que actuar en consecuencia.
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